miércoles, 6 de junio de 2012

1º HORTELANO, 2ª CLASE

Iba a empezar diciendo que siento mucho no haber escrito antes. Pero no es verdad, no lo siento. Es que he estado muy ocupado pasándomelo bien. Disfrutando de la vida en su conjunto. Y eso, pues lleva su tiempo y su energía.

Me pondría a hacer memoría, pero tampoco es plan de dar envidia y desviar la atención de lo importante, y es que, como parte de ese pasármelo bien y disfrutar de la vida, he tenido mi segunda clase práctica del curso de hortelano.

El sábado por la tarde fuí a Auñón y estuve repasando la lección de la primera clase.

Repasé lo que son las habas...



... lo que son los ajos ...


... las patatas ...


... las alcachofas ...

... y "la" alcachofa ...



Al día siguiente, bien de mañana... Quiero decir, bien bien de mañana, que mi padre me levantó a las 6 de la mañana. Me recordó cuando tenía diez o doce años, algo más joven que ahora, unos añitos solo, y me levantaba también a esa hora para ir al campo a ayudarle. Entonces era por obligación, hoy por devoción. ¡¡Como ha cambiado el cuento!!

Que me levantó a las seis de la mañana, antes del amanecer, y así trabajar la tierra con la fresca. Primero pasó la motoazada por toda la zona a tablar. Y luego nos dedicamos a tablar y a tajar. O dicho en cristiano, a hacer los surcos para sembrar y plantar las cosas.

Yo miré como hacía él el primer surco, y escuchaba lo que me decía, que si así de ancho, que si no hay que echar la tierra muy arriba, que si esto... que ya ves tú el misterio que tiene hacer surcos rectos.

Que no es que a mi me salgan torcidos, no, si es que el problema ye que yo soy más de teoría, de tecnología, de ingeniería... entonces si no tengo un puntero laser que me vaya marcando por donde va el surco, pues no me sale recto. Y si no tengo otro puntero laser que me indique la altura máxima, pues me paso. Y me faltan dos más que me marquen el ancho del surco, que luego tenemos problemas con las cebollas, aunque a eso ya llegaré...

Y mi padre aprovechó para introducir otra perla de sabiduría popular, "hortelano tonto, patata gorda", añadiendo, "este año vamos a tener las patatas más gordas del pueblo!!" Yo se lo agradecí, por un lado implica que me considera hortelano, por otro un poquito de humildad de reconocer mi falta de práctica para las labores del campo ( mientras mi parte informatizada y menos humilde del cerebro me decía, "sí, padre, sí, ya vendrá a pedirme que le haga alguna gestión por internet y ya verá lo rectas que me salen las líneas con el ratón..." ), y por el último lado, ¡¡tendremos patatas gordas!!

Por cierto, como soy muy gato y tengo mucha curiosidad, he descubierto un blog que se llama así, "hortelano tonto, patata gorda", que va de un tío que ha empezado este año el huerto él solo. Bueno, solo no, con una mujer y un perro. Me refiero a sin ayuda de alguien con experiencia.

¡¡Mucho ánimo, compañero!!

Volviendo a mis surcos, bueno, que tampoco me salieron tan torcidos. Por suerte, como era uno mío y otro de mi padre, pues tenía siempre una guía para tener claro el concepto de rectitud. Que digo yo, ¿y que más le dará a las tomateras estar plantadas en un surco recto o en otro torcido? Y ya te doy yo la respuesta. A las tomateras les da igual, si ellas son felices con crecer al sol y tener florecitas amarillas... a quien no le da igual es al agua, que es una caprichosa. No sé por que la da por obedecer la ley de la gravedad, y si no fuera porque mi padre sabe hacia donde va el agua en el huerto y como hay que orientar los surcos, ya te digo yo que este año los tomates ( y resto de productos ), los como de la tienda.

Pero no me preocupo, los últimos surcos ya me salieron muy rectos. Son los más cortos del huerto, y si hubiera conseguido torcerme al hacer estos... ¡¡eso si que sería de nota!!

Bueno, tampoco creo que haya quedado tan mal, ¿no? con un poquito de sol...



Pues todo esto es lo que cundió la mañana, y ya nos fuimos a descansar, que el sol empezaba a picar, y los mosquitos también.

Ah, esta parte de la mañana también la recordé... el volver a casa después de levantarte a las seis, almorzar un poco de chorizo, de jamón, un vaso de fanta de limón, y al sillón hasta la hora de comer...

El segundo asalto fue por la tarde, a las siete y algo, cuando el sol ya empieza a caer y no calentar tanto. A plantar las tomateras, las cebollas, los pimientos. Aquí ya estuvimos cuatro, nosotros dos y una prima y su marido, con lo que también es primo.

Aprendí que las cebollas se afeitan. "Hay quien no lo hace, palabras textuales de mi padre, pero al afeitarlas salen con más fuerza". Las plantas de cebolla las venden con algo de raices y con tallo, y afeitarlas es cortar un poco las raices para que no sean muy largas, y cortar el tallo para que sea como palmo y medio de alto. Así que el becario, a afeitar las 500 plantas de cebollas. Cuando empiecen a salir todas vamos a tener cebollas para aburrir, por lo menos las cebollas son buenas para la ... para la... para la circulación, ¿no?

Cuando acabé con el afeitado mi padre me enseñó a plantarlas, así que me puse con el primo a ello. También se puede hacer uno solo, pero entre dos es mucho menos trabajo. En el mundo empresarial se llama "sinergia", que palabra más bonita, me suena como espiritual, como confluencia de energías, como... vamos, que con la ayuda del vecino mató mi padre un cochino.

Y cuando acabé con las 450 cebollas, pues ya estaba el resto plantado, las tomateras, los pimientos, las lechugas, sembrados los calabacines...

Y con la sinergia de las cebollas, mi padre se preguntaba como es que todos los años planta 500, y este año solo han entrado 450 plantas. Con lo que comprobó el trabajo del becario: la distancia entre cebollas es correcta, el número de cebollas por lomo del surco es correcta, ummm, becario Raúl, creo que el problema viene de la práctica anterior, de la práctica de los surcos... que los has hecho más anchos y este año en el tablar hay un surco menos. Lo cual condena a muerte a las 50 plantitas de cebolla que han sobrado...

y yo pensando, ¡¡no!! ¡¡menos cebollas no!! ¡¡ que son muy buenas para la... para la... para la circulación!!

Por un momento pensé adoptarlas y llevármelas a la terraza del piso, pero no me iban a entrar, entre la menta, la hierbabuena, la fresera, la calendula, las flores que nos regaló la amiga de Rocío, el aloe, las dos tomateras... no, imposible, ya estamos completos. Por cierto, las flores amarillas son las mías y se llaman Nicolasa.








Por suerte el vecino de huerto pasó por allí y le dijimos que si necesitaba cebollas y tomateras, que nos habían sobrado. Sí, también nos han sobrado tomateras, pero eso no ha sido culpa del becario ( menos mal ), sino del tío que nos hizo el semillero de tomateras, que se le fue la mano, o que pensaba que iba a tener más pérdidas... pero como es de la familia, porque es mi tío, y también trabaja gratis, pues tampoco le vas a echar la bronca...

Y como última lección de mi segunda clase de hortelano... el becario sube hasta casa para bajar al huerto las cervezas frías que estaban en el congelador. Por suerte soy mayor de edad y me dejaron tomarme una...

¡¡Diversión en abundacia!!

Celta Errante


2 comentarios:

  1. Muchas gracias compañero. Ya estamos interconectados.
    Un abrazo.

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  2. Muchas gracias por los buenos momentos que paso leyendo tu blog. Eres unico!!!

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