miércoles, 21 de mayo de 2014

TIRAR COMIDA

Enlazando y enlazando he llegado a encontrar la web de Esther Vivas, que es un blog con cosas que me interesan, y mucho.

Tanto que este sábado me voy a hacer su curso, con este temario:

Temas:
Hambre en un mundo de la abundancia de comida
De la revolución verde a los transgénicos
Alimentos kilométricos del Sur al Norte y del Norte al Sur
PAC (Política Agrícola Común)
Pérdida de agrodiversidad
Ni tierra ni agua ni semillas
Adiós al campesinado
Somos lo que comemos y nos ponemos enfermos
Soberanía alimentaria
La Vía Campesina
Agroecología
Mujeres, agricultura, comida y cuidados
Comercio justo
Consumo crítico
Grupos y cooperativas de consumo
Acción política: banco de tierras, prohibición de los transgénicos ya



Una de las cosas malas de estar en Auñón es el aislamiento que existe y se siente. En Guadalajara hay asociaciones que son más o menos afines, iniciativas, vida social. "Cosas" en su conjunto. En Auñón no, todavía. Las tengo que crear, está en mi lista de tareas pendientes. Las tenemos que crear, espero que estén en vuestras respectivas listas de tareas pendientes.

Ya hemos comenzado la temporada de huerto. Este año no se ha parado ni un momento. En invierno coliflores y repollos. Luego pusimos habas, ajos, guisantes, cebollinos. Y ahora acelgas que nos ha regalado Ángel ( uno de los muchos que hay en Auñón ), y tomates "Don José", la semilla que mi padre ha convertido en autóctona a base de semillarla durante más de una década. Bueno, en realidad mi padre no lo ha hecho, lo ha hecho su cuñado ( mi tío ), el tío José. Por eso el tomate se llama "Don José", uno hace el semillero y el otro la planta y cultiva.

Aun nos queda poner tomate de otras especies ( resiliencia se llama ), pimientos, pepinos, calabacines también de dos especies...

Y aunque mi mente está activa con estas cosas necesito más movimiento. Necesito saber. Necesito conectar. ¿Qué se está haciendo fuera de Auñón? ¿En España, en el mundo, en las Tierras Celtas?

Esther Vivas me ha mandado un dossier con información sobre los temas a tratar, con enlaces a su blog sobre temas concretos, enlaces a otras páginas, a videos, documentales. Y aunque pone en el email, literalmente:

"Ya verás que hay mucho material, el objetivo no es tanto que te lo leas todo sino que puedas profundizar en aquellos temas que más te interesan."

Bueno, sí, yo me lo estoy leyendo todo, viendo todo y profundizando todo. ¡¡Será por tiempo!!

Hoy ha publicado un post, "¿La agricultura campesina y ecológica puede alimentar al mundo?" que es interesante, sobre todo para no dejarnos engañar. Y me ha hecho reflexionar sobre una cosa, ¿cuanta comida se tira en "El Rincón de Auñón"?

Cuando empecé tiraba un montón de comida, sobre todo por mi desconocimiento de como funciona la tienda, de como funciona la gente, de como hacer los pedidos. Pero después de un año he aprendido mucho. Y aún así sigo tirando comida todas las semanas. He cambiado de proveedores, hago pedidos más ajustados... estos son los agujeros negros de la tienda.

Productos que se caducan: al principio, cuando era joven e inexperto, me trajeron a la tienda muchas cosas que no se han vendido, y han acabado, cuando han caducado, en mi casa. Y tras algunos meses, en la basura. Pero ahora ya no me caduca casi nada. La leche esta controlada, los zumos y muchos otros productos con fecha de caducidad de menos de un año. Todo esto controlado.

Yogures, apenas me caducan porque tengo los que estimo que voy a vender en la semana. A veces los lunes no tengo yogures, pero los martes me traen más. Y los que caducan, o me los como yo o los devuelvo, pues hay devolución económica.

Pollos y conejos. Aquí es donde más he tenido que tirar. La industria pollera es muy mala. Mi primer proveedor me vendía cantidades mínimas: seis pollos, tres conejos, 5kg de alitas. Y esto no lo vendía en una semana. Ni una semana, pues en tres o cuatro días los pollos ya empiezan a oler mal, aunque se puede seguir consumiendo, no se puede vender en la tienda.

Ahora me he buscando otro proveedor. Los pollos siguen siendo de seis en seis, pero conejos puedo pedir los que quiera. Y alitas, igual. Con lo que he reducido mucho lo que tiro. Incluso ha habido muchas semanas que no he tirado nada, lo que ha sobrado nos lo hemos comido o lo he congelado. Pero mi congelador de casa tiene un límite.

También me he comprado una máquina de envasar al vacío. Pero la carne de pollo no aguanta el estar "sólo" envasada al vacío, lo descubrí tras varios fracasos y tras preguntar a los expertos del matadero. Al final la tengo que envasar y congelar. Y el congelador de la tienda también tiene un límite.

La fruta y verdura es lo peor, es imprevisible. Lo mismo una semana vendía cantidad de naranjas, y casi nada en la siguiente. Pero eso también lo tengo controlado. Los lunes voy a por fruta y verdura, pensando en volver a bajar el jueves o el viernes. Llevo poco, más bien lo justo, por dos motivos. Por un lado, para no tirar comida ni dinero. Y por otro lado, para que de vez en cuando la gente vea las cajas vacías y sepa que los productos son del momento, de la semana, y no que lleven ahí días y días y días.

Pero sigo tirando fruta. Siempre sale alguna naranja, alguna mandarina que esta un poco picada. Las dejo apartadas pensando en comérmelas más tarde. A veces sí, y a veces acaban en la basura a los dos días.

Lo que está bajo control por completo es la carne. La traigo un día a la semana, y solo bajo pedido, con lo que no hay pérdidas.

Y esto es lo ideal. No pierdo dinero. No tiro comida. Todos ganamos.

¿Cómo podría conseguir esto en todos los campos de la tienda? Si todo el mundo llevara una alimentación más planificada, y además me lo dijeran a mí. De forma que yo podría planificar mis compras casi al 100%. Por ejemplo, si vas a comer pollo el sábado, no vengas el sábado a por él, porque ya huele y ni yo te lo vendo ni tú lo vas a querer comprar. Ven el martes, que es cuando me llegan. Lo compras fresco fresquísimo y lo metes en la nevera, en la tuya. O incluso si quieres lo congelas. Y el sábado lo tienes tan fresco ( siempre que te acuerdes de descongelarlo, claro ).

Lo mismo con los conejos. Yo hago una previsión, pues en el pueblo hay unas seis personas que compran conejo todos los meses. Y según el tiempo que llevan sin comprar, traigo más o menos. Lo malo es que a veces me sobra un conejo, y acaba en la basura. Y a veces falta un conejo, y entonces la persona me pone cara de "Jo, podrías haber tenido un conejo más", y yo pienso, "sí, el que tiré la semana pasada, porque tú lo vas a congelar y te daba igual una semana que otra".

Si todo el mundo en el pueblo, bueno, todos los que me hacen la compra a mí, planificaran sus comidas, y además me lo dijeran, podría planificar mis compras y conseguir que no se tirara prácticamente nada de comida. Siempre tendría un poco de stock para los imprevistos, pero se aprovecharía el 95%. O el 100%.

¿Qué vas a comer hoy? ¿Qué vas a cenar hoy?

Voy a soltar una pullita al capitalismo. El capitalismo te incita a ser libre. Y como parte de esa libertad tienes que tener la nevera llena de cosas, de todo tipo de cosas, para ser libre de comer en cada momento lo que te salga de tu santa libertad. Qué luego tiras la mayoría, bueno, pues lo haces haciendo buen uso de tu santa libertad de hacer lo que te salga del cubo de la basura. Y porqué puedes, coño, que el dinero te sobra!! ¡Si será por dinero!

Y por hoy ya os he contado suficiente. Ya os contaré más a la vuelta del curso.

¡¡Planificación alimentaria en abundancia!!

Celta Errante

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