Tras un año en el paraiso celta,
pasando los días envuelto por el sonido de las gaitas, la música en
directo, la guinness y la buena gente de estas tierras, aunque a
veces hablen un poco raro, ha llegado el momento de ponerme en marcha
de nuevo. Poner un nuevo rumbo a mi barco, y no simplemente estar
amarrado en puerto, mirando como las olas de la realidad destrozan el
mundo.
Llevaba unos meses pensando que ya iba
siendo hora de poner ese rumbo nuevo, pero no me animaba a hacerlo.
No encontraba una motivación. No encontraba un destino hacia el que
ir. Cuando sabes, o crees saber, lo turbulento que se va a poner el
futuro, cuesta decidir hacia donde navegar, la incertidumbre es mayor
y las consecuencias de hacer una apuesta equivocada, catastróficas.
Casi piensas más en buscar un puerto refugio y esperar a que pase la
tormenta. Pero esta tormenta no va a pasar, y no puedo quedarme en
dique seco de por vida.
Con todo este clima interior acudí a
la cena de la peña en mi pueblo, en Auñón. Y por primera vez noté
que ya no somos adolescentes. Lo cierto es que lo dejamos de ser hace
años, pero siempre al volver al pueblo tenía esa sensación como de
"vuelta atrás", como que todos seguíamos siendo los
mismos. Pero está vez nos vi como un grupo de amigos, algunos ya
casados, con niños, alguno incluso divorciado, vi que se había
producido una evolución, un salto.
Y al día siguiente
estube comiendo con mi padre en el pueblo de al lado. Hablando con
él, tranquilamente, como dos amigos, se me cayó la venda de los
ojos. Me di cuenta que mi padre tiene un huerto; mi padre sabe cazar;
mi padre sabe pescar; mi padre conoce los níscalos y setas de la
zona, mi padre sabe lo que son las collejas y otras hierbas y
plantas, y, en general, "comida" que se encuentra en el
monte. Mi padre es mitad cazador-recolector. Mi padre es mitad
agricultor. Mi
padre está 100% jubilado. ¡¡Mi padre es 200% padre!!
Con lo
que me pregunté: ¿Por que busco tan lejos lo que tengo tan cerca?
¿Por que busco fuera lo que tengo dentro? ¿Por que no lo he visto
antes? Bueno, de esta última ya conocía la respuesta, con lo que no
me la pregunté más.
Así
que ahora estoy "de mudanza" hacia "mi pueblo",
el pueblo donde mi padre nació. El pueblo donde pasé veranos y
fines de semana. El pueblo donde tengo amigos y familia. El pueblo
donde espero poner en marcha una iniciativa de transición, un
movimiento ecológico, un movimiento que movilice a la población y
consiga crear un estilo de vida resiliente, lo menos dependiente
posible de los combustibles fósiles y los vaivenes y caprichosos de
la economía mundial.
Dejo
atrás mi vida en el paraiso, amigos, amigas, pubs, mis lugares
conocidos... un año intenso y difícil de olvidar... sabiendo que
seguirá allí por mucho tiempo. La gente que es amiga, lo seguirá
siendo aún en la distancia. Y los que solo lo parecían... pues
tampoco pasa nada porque se pierdan.
Origen:
El paraiso
Destino:
Auñón
Recorrido:
cruzando laberintos personales, soltando cadenas familiares, haciendo
lazos con la gente que será mi comunidad.
Para
acabar, y aunque tome cierto toque metafísico, un texto atribuido a
Nelson Mandela, pero que en realidad es de Marianne Williamson, de su
libro "A Return to love":
"Nuestro
mayor miedo no es que somos incompetentes. Nuestro mayor miedo es que
somos poderosos más allá de toda medida. Es nuestra luz, no nuestra
oscuridad, lo que más nos amedrenta. Nos preguntamos a nosotros
mismos, ¿Como voy a ser brillante, magnifico, talentoso, fabuloso?
Realmente, ¿Como no voy a serlo? Tú eres un hijo de Dios. El que te
amilanes no sirve al mundo. No hay nada inteligente en encogerse de
forma que otra gente no se sienta insegura a tu alrededor. Todos
nosotros estamos destinados a brillar, como los niños hacen.
Nosotros nacimos para manifestar la gloria de Dios que está dentro
de nosotros. No está solo en algunos de nosotros; está en todo el
mundo. Y cuando permitimos nuestra propia luz brillar, inconscientemente
damos a otras personas permiso para hacer lo mismo. Cuando somos
liberados de nuestro propio miedo, nuestra presencia automáticamente
libera a otros."
Salud, amor y guinness en abundancia
Celta
Errante
Cómo que 0 comentarios??? Bueno, para eso estamos, jejeje.
ResponderEliminarEspero que este viaje te traigo todo lo que deseas, pero, ante todo, disfútalo!!!!
Desde el paraíso, te deseamos todo lo mejor y deseamos más noticias de tu aventura.
Un beso muy grande.
El otro día descubrí este poema de Pablo Neruda por casualidad y creo que viene muy bien para la ocasión.
ResponderEliminarMuere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en si mismo.
Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.
Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaidos.
Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy! - ¡Haz hoy!
¡Ariesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!
Besos Patri
Majete,
ResponderEliminarEsta echo todo un escritor, de aqui a por el nobel de literatura.
Besitos
Móni