viernes, 5 de octubre de 2012

DESDE GUADALAJARA

Hace ya siete meses que emigre desde tierras celtas a tierras alcarreñas. Me costó varias semanas recorrer todo el camino y conseguir tener todos mis preciados bienes en Guada: traer de vuelta cada dos por tres a mi cabeza, que se me iba a las playas, los praos y las montañas, convencer a mi corazón para dejar atrás a tan buenos amigos y buenas amigas, tantas experiencias y momentos vividos desde la soledad y desde la compañía.

Y casi sin darme cuenta ya han pasado siete meses. La gente aún me pregunta porqué vine a Guada, y más después de decirles que yo antes vivía en el paraíso. Los propios nativos de estas tierras me dicen que aquí no hay nada interesante, que esta ciudad es aburrida, que en verano está muerta porque todo el mundo se va a los pueblos, que en invierno está muerta porque hace mucho frío...

Es curioso como en la apreciación de la realidad muchas veces pesa más la memoria y los recuerdos que lo que nuestros sentidos perciben. Para mi es una ciudad nueva y la observo con los ojos de un niño, como aquel que ve las cosas por primera vez, porque ciertamente es la primera vez que vivo aquí, la primera vez que me dedico a pasear por la ciudad y ver y apreciar lo que tiene.

Yo he descubierto que tiene muchas cosas.

Tiene colectivos como mi querido rincón lento, como los econoplastas, como contrapicado films, como lactavida, como el cineclub alcarreño, como los que organizan la bicicrítica todos los meses...

Tiene un maratón de cuentacuentos un fin de semana al año. Tiene Titiriguada otro fin de semana. Tiene el Fescigu que dura toda una semana. Tiene exposiciones de cuadros en el Metrópolis. Tiene la publicación de libros como el de cuentos chinos de la economía...

Tiene gente que es la que está formando todos estos colectivos, la que organiza todas estas actividades, la que participa con su esfuerzo, su tiempo, su ilusión, en toda la vida social, cultural y alternativa de Guada. Es esta gente la que hace que Guada sea una ciudad viva e interesante.

Tiene clases de baile los lunes en el espacio Karaba. Tiene un grupo de conversación en inglés en el Henrys Friends los martes. Tiene conferencias sobre las crisis y las soluciones un miércoles al mes en la biblioteca de Dávalos. Tiene monólogos en el Cherno los jueves...

Y lo mejor de todo. Tiene gente con la que compartir tu tiempo los viernes, los sábados y los domingos, alrededor de unas cervezas, de unos vinos y de unas tapas. Gente interesante con la que tener conversaciones sobre como va el mundo, como está España, que se está haciendo mal, que se puede hacer bien, como hacemos para salir de este agujero negro en el que nos están metiendo. Gente con la que compartir esperanzas e ilusiones. Gente que da gusto que sean tus vecinos por la energía tan positiva que consiguen transmitir.

Las personas que he conocido en Guada me han conquistado. Yo venía con la pena de abandonar mi rincón celta en Oviedo, cambiar mi vida por una idea, por un proyecto de futuro que muchos considerarían un sacrificio sin sentido. Y en estos siete meses la gente de esta ciudad me ha acogido de una forma que me hace sentir que llevo aquí... que diría yo... ¿años? Mi prima Virginia bromea conmigo y me dice "jo, primo, conoces más sitios de Guadalajara y más gente llevando aquí siete meses, que yo que llevo aquí siete años!!"

We, the people. Nosotros, la gente. Somos nosotros los que hacemos que una ciudad viva o muera. Somos nosotros los que hacemos que el mundo gire. Somos nosotros los que provocamos los cambios en la sociedad. Somos nosotros los que decidimos, día a día, con cada una de las decisiones conscientes que tomamos, con cada una de las acciones y los pasos que damos tras un objetivo o un sueño no tan lejano. Somos nosotros los que marcamos la diferencia. Somos nosotros los que creamos riqueza, y no los bancos. Somos nosotros los que podemos organizar nuestra sociedad para que sea mejor cada día, y no permitir que nos desorganicen para que vivamos en la mierda y en la miseria. Somos nosotros los que tenemos el poder. Tenemos que recordarlo y tenemos que usarlo para crear el futuro que queremos.

Esta en nuestras manos. Podemos crear huertos ecológicos. Podemos crear grupos de consumo. Podemos crear bancos del tiempo. Podemos crear monedas complementarias. Podemos crear redes de mutuo apoyo. Podemos crear iniciativas de transición. Podemos crear cooperativas de energías renovables. Podemos defender lo que ha costado tantos y tantos años construir en España. Podemos ir a manifestaciones para que no nos sigan recortando. Podemos hacer muchas cosas, y la mayoría están en nuestras manos.

Y todo esto lo voy a hacer desde Guadalajara.

Para la semana que viene, un cuento, que hoy ya me he puesto bastante profundo.
 
¡¡ Vida en Guadalajara en abundancia !!

Celta Errante

1 comentario:

  1. Jo, Raúl, me he emocionado al leerlo y todo. Soy GTV (guadalajareño de toda la vida y de varias generaciones), pero sobre todo me alegra que venga aquí gente como tú a aportar manos e ideas con las que construir juntos un rincón que sea mejor para todos/as. Un saludo, bienvenido y encantado que te enredes con nosotros/as en tantos proyectos que intentamos ir sacando adelante poco a poco.

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